Puede que este término ya lo hayas escuchado antes, sin embargo, si todavía tienes varias dudas y quieres aclarar qué es abdominoplastia, también conocida como lipectomía abdominal o dermolipectomía abdominal, llegaste al lugar correcto. No cabe duda de que el abdomen es una de las partes más notorias del cuerpo y por ende una de las que más nos preocupa su aspecto, pues si luce bien, mejora la armonía y la silueta de nuestro cuerpo.
Teniendo en cuenta esto, las personas están buscando soluciones efectivas, rápidas y seguras para combatir el exceso de grasa en esta zona, la flacidez y los rollitos que muchas veces se forman ahí.
Debemos aclarar que la liposucción no es lo mismo que la abdominoplastia, pues esta última es una técnica estética que solo se realiza específicamente en la zona del abdomen, en cambio la liposucción consiste en la extracción y moldeamiento de la grasa en diferentes partes del cuerpo. Lo ideal es hacer una combinación de abdominoplastia y liposucción para obtener mejores resultados.
Para que entiendas mejor qué es abdominoplastia, es una cirugía estética que requiere de una avanzada tecnología para devolverle la fuerza y la firmeza que ha ido perdiendo tu abdomen con el paso del tiempo o después de un embarazo.
¿Cómo se realiza la abdominoplastia?
Con la abdominoplastia se busca reconstruir la musculatura de la pared abdominal y rejuvenecer todo el abdomen. Lo primero que evaluamos es si la zona que se va a intervenir está por encima o por debajo del ombligo y si lo que se va a tratar son los músculos, la piel o solo el exceso de grasa.
En todos los casos es necesaria la anestesia general o la epidural, ya que es un procedimiento complejo y su duración oscila entre 2 y 3 horas.
Se comienza con la realización de pequeñas incisiones encima de la zona púbica y alrededor del ombligo, en donde se procede a extraer el tejido graso, pliegues de piel con flacidez y la piel suelta del centro y los lados del abdomen, así queda estirada esta zona y se consigue un abdomen plano y una cintura marcada, en otras palabras, se moldea la musculatura y se elimina la piel abdominal sobrante.
Una vez se termine la intervención te pondrán unos tubos de drenaje para evitar que se acumulen coágulos o líquidos en la zona intervenida, luego te colocarán una faja o vendaje compresivo para proteger todo el abdomen.
Ten en cuenta que luego del procedimiento necesitarás una noche de hospitalización y mínimo dos semanas de recuperación. Mira más indicaciones de la abdominoplastia aquí.
Tipos de abdominoplastia
No solo basta con saber qué es abdominoplastia, también es fundamental evaluar qué tipo de cirugía te debes hacer dependiendo de la valoración que te haga tu médico cirujano:
Clásica o estándar: Cuando sobra mucha piel en la región umbilical, la unen con el pubis y las ingles. La cicatriz que queda no es muy notoria.
Circunferencial o contornoplastia: Se recomienda cuando alguien ha perdido mucho peso y por ende le sobra piel en muchas regiones de esta zona. La cicatriz que queda se extiende hasta la parte superior de las nalgas.
Miniabdominoplastia sin desinserción umbilical: Se lleva a cabo cuando solo hay un leve exceso de piel y grasa debajo del ombligo y este no se debe tocar durante el procedimiento.
Miniabdominoplastia con desinserción umbilical: Se realiza a personas con una situación similar a la anterior, pero que también tienen un exceso moderado de piel encima de la región umbilical.
Lipoabdominoplastia: Se combinan todos los beneficios de la liposucción con la abdominoplastia y es ideal para un manejo integral de todo el abdomen, cintura y espalda.
Con extensiones laterales: Se hace cuando hay exceso de piel o grasa a los lados del abdomen.
Inversa o ascendente: En este caso el exceso de piel que está encima del ombligo se une a los senos y así se aumenta el tamaño de estos.
Con cicatriz vertical: Se realiza cuando sobra mucha piel, se separan el ombligo de la piel y luego se vuelve a acomodar. Habitualmente queda una cicatriz vertical pequeña encima de la zona.